viernes, 4 de septiembre de 2015

Jason

Ayer hablé de relatos y de la iniciativa que se me ocurrió. A muchos os gustó, y soy feliz cual perdiz. Ya que es mi blog, he pensado en iniciar yo misma esta nueva tradición con uno de mis más preciados relatos. Fue el primero que escribí, hace unos 4 meses y tiene algo de especial que solo yo y algun amigo muy cercano podría entender. Tengo esa típica amiga que jamás me dirá te quiero o lo mucho que le gusta mi habitación, y sin embargo me dijo cosas preciosas sobre ese relato. Y en ese momento decidí que me gustaría ser escritora y formar sonrisas y lágrimas en los rostros de la gente.
Así que aquí está, espero que os guste.


Resultaba que Jason no entendía nada. Ni los murmullos, ni la multitud que lo rodeaba. Nada. La verdad es que le agobiaba y se puso a llorar. Le costaba respirar, literalmente. Jason acababa de nacer y ya comprobaba lo que era el estrés.

En un principio todos eran felices. Mamá dejó de trabajar para pasar más tiempo con Jason y Danielle. Papá se encargaría de traer dinero a casa hasta que los niños creecieran un poco. Cuidar dde dos hijos de uno y seis años no era tarea fácil. A veces, papá estaba cansado de trabajar e iba al bar de la estación, algo normal. Los clientes parecían buena gente. Sin embargo, mamá no se enteraría de esto hasta más tarde.

Dany siempre ganaba a Jason en todo. No era justo. Ya era una niña mayor. Tenía diez años y él acababa de empezar el colegio. ¿Por qué tenía que pasar los días encerrado en un edificio? Había más niños, es verdad, pero no parecía que les gustasen las mismas cosas que a él. Por eso le costaba acercarse a ellos. Prefería su propia compañía. Mientras, mamá buscaba en el periódico nuevas ofertas de trabajo. No sabía que sería tan difícil. Y papá no le ayudaba. Venía muy tarde de aquel bar, aunque él prefería llamarlo "horas extras en el trabajo para pagar los gastos". La jovencita rubia con la que se pasaba el rato debía ser muy agradable y simpática si se quedaba hablando con papá hasta tan tarde. ¿Qué otra cosa iban a hacer juntos?

Jason no entendía la razon por la que alguien feliz lloraba por las noches en su habitación. Porque Dany parecía feliz. Sonreía y salía mucho a la calle con sus amigas, más de lo que mamá le dejaba, por cierto. Ella decía que estudiaba en su cuarto pero en realidad salía por la ventana. Otras veces hablaba con un chico a escondidas en una esquina. Ese chico no aparentaba los dieciséis años de Danielle, parecía mucho mayor. Jason los veía, pero no los espiaba. A veces se aburría de que sus amigos se rieran de él en clase y se escapaba del colegio.

Papá venía escasos días al mes a verlos desde que hubo una gran pelea con mamá en el salón. Dany llevó a Jason a su habitación y le pidió que escuchara música. Él era un buen niño que siguió sus instrucciones sin rechistar pero sin saber por qué. Cuando su estómago rugió fue hasta la cocina y vió cosas rotas por el suelo. Menos mal que sabía hacer bocadillos, porque su madre parecía de muy mal humor.

Poco después veía que su hermana empezaba a engordar, y se extrañó muchísimo que su madre se enfadara por ello y desde entonces, Jason decidió comer menos para que no le riñeran.
Algún tiempo después, años y años para ser exactos, Jason escribía una historia para su hija a ordenador. A esa niña le encantaba leer, desde enciclopedias hasta la lista de la compra. Esperaba que la leyera y que no comprendiera nada, para que en un futuro, volviera a tener la historia entre sus manos y, con una sonrisa, recordara la inocencia perdida. Pero deseaba que eso fuera dentro de mucho tiempo. Porque, por ese entonces, en su familia todos eran felices.




¡2 comentarios!

  1. Holaaaa, la historia me ha encantado, muy buen relato, enserio. Un saludo :)

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    1. No sabes lo que me ha alegrado tu comentario, de verdad *-* Muuchas gracias.
      Un abrazo enorme :)

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